Mantis religiosa

Hoy queremos escribir sobre la mantis religiosa, animal que de vez en cuando se deja ver por nuestro Hotel Rural. Y queremos hablar de ella para desmitificar alguna de las creencias y mitos que han caido sobre este animal.

La hembra solo se come al macho durante o después del apareamiento en muy raras ocasiones. Es muy común pensar que es siempre. Este mito sigue en pie ya que suele suceder con más frecuencia en cautiverio, es bastante raro en libertad.

Esto ha ayudado a que la gran mayoría de nosotros creamos que es un animal peligroso, venenoso y que nos suscita miedo a pesar de ser totalmente inofensivo y beneficioso para el hombre, pues devora gran cantidad de otros insectos.

Otra curiosidad es que puede ser de color verde o pardo con distintos matices. El color del adulto lo determina el del medio en el que habita durante su última muda (por ejemplo, amarillo, si se trata de paja seca, o verde, si es hierba fresca)

Además, es el único animal conocido que cuenta con un único oído, y lo tiene localizado en el tórax.

 

Miloca

Uno de nuestros visitantes que no falla nunca y cada año repite sin excepción, es esta ave migratoria. El alimoche común es conocido en Menorca como «Miloca». Este buitre vive desde Europa hasta la India y Nepal. Aquellos que viven en Europa y Asia se trasladan para invernar en África. Puede alcanzar los 70 cm de longitud y sus alas logran una extensión de 1,68 m.

Nuestro hotel rural es una de sus visitas obligatorias en su largo recorrido debido a la gran diversificación de vegetación y vida que existen en nuestro recinto, ya que en nuestros alrededores pocas casas y predios disfrutan de tal diversidad. El punto clave que llama su atención con más esmero es el agua.

También existe un turismo en Menorca que disfruta contemplando este tipo de animales. Desde nuestro hotel intentamos potenciarlo, ya que crea un respeto por nuestro entorno y nuestra isla.

Las picaduras de los mosquitos

Si eres una de esas personas a que los mosquitos no dejan dormir en las noches de verano a lo mejor te interesa el resumen de este artículo que hemos encontrado en El País.

Hasta el momento científicos de todo el mundo estaban de acuerdo en que los mosquitos eran atraídos esencialmente por el olor corporal de cada persona, aunque también son factores determinantes la temperatura corporal, el beber cerveza, el sudor, la emisión del CO2, la ropa de colores oscuros, las bacterias de la pies, así como las embarazadas.

Lo que demuestra un estudio reciente es que nuestra genética sería el factor determinante para la elección de estos animales. La clave para el hallazgo lo han encontrado en 18 parejas de gemelas idénticas y 18 de mellizas. Mientras mostraban interés por alguna de las mellizas, los mosquitos elegían con el mismo interés las gemelas idénticas. El hecho de que es el olor lo que atrae a estos insectos sigue siendo la misma teoría, la diferencia es que este hecho viene marcado por la genética. La importancia de este asunto, en un mundo en el que millones de personas mueren por enfermedades transmitidas por estos insectos, va mucho más allá del martirio de molestas noches de verano.

Granota menuda

Desde este blog también queremos hacer un pequeño y humilde repaso a la fauna autóctona de Menorca de nuestro hotel rural. Hoy pondremos nuestra mirada sobre este simpático animal que visita nuestra terraza por la mañana.

La rana comúnmente conocida como «menuda» (pequeña) recibe el nombre de rana «arbori», vive entre la vegetación y necesita de una zona con agua sobretodo en la época de reproducción. Por eso es tan frecuente en nuestro hotel, ya que aquí dispone de todo lo necesario para vivir i reproducirse.

Fures

Fura-xula

Durante las noche en Morvedra, después de las cenas de los huespedes y visitantes, cuando todo está calmado y rebosa absoluta tranquilidad se pueden ver dos «fures», hurones en castellano, de la familia de los mustelidos.

Son animales nocturnos, de unos 50 centimetros, que se alimentan de pequeños roedores y insectos, aunque les encanta la fruta de nuestros árboles. Siempre van en pareja y son unos animales muy jugetones. El juego es muy importante para ellos, cosa que ocasionó, ya en el Egipto de 1.500 ac la fácil domesticación de la especie. Actualmente, este animal es totalmente salvaje, aunque también se ha domesticado en ocasiones para la caza del conejo. Aquí, en el hotel, es muy divertido verlos jugar y revolotear aprovechando la tranquilidad nosturna de nuestro jardín.